lunes, 10 de diciembre de 2007

Capítulo 3

Con ella llegaron miles de formas y espacios, no conocidas por mi, pero en el fondo muy ansiadas. Muy humanas, delicias mundanas.

Me gustaba dormirme arrollado en sus brazos, oler su olor a hierba, luego de revolcarnos inocentemente en el parque, que cortaba todo ese olor de ciudad. Dormía mientras ella, dama de fuego, me arrullaba, sususrraba a mi oido, sueños gigantes,

...cuantos cuentos que cuenta Sofía. ¿O los cuentos la cuentan a ella?

Destruyo el misterio, siempre decía al final. Destruyo y juego, con el tiempo.

Soliamos pintar juntos, comer juntos, despertar juntos, uno tan cerca del otro, que creo que una vez no sabía si tuve un sueño o se lo robe a ella. A mi Sofía.

Con ella jugamos al que el agua no es clara , no es pura, sino que tiñe. Tiñe de mil formas. Y te conoces en sus colores. Llegas y tocás fondo, a la escencia.

Sofía, Sofía. Me da mil formas, me da mil vuelos, colores, olores, de mi vida con ella.

Y vuelvo, de nuevo ya estoy listo, para volver a la rutina.

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